28 de abril de 2020

Día 46 del confinamiento,


PEQUEÑO HILO
Sé que vivo en un tiempo oscuro porque no logro quitarme del corazón la suciedad de pensar que nadie va a querer mis frutos, la sombra de mis hojas, el terreno apretado que mantengo cuajado de insectos, agujerado de madrigueras minúsculas en las que brillan los ojillos de cientos de criaturas miedosas que esperan a la noche para morder y multiplicarse.
Sé que vivo en un tiempo oscuro porque ahora no me sé ver como un refugio valioso, como un hermoso engendro interrumpiendo la línea previsible del horizonte.
En un tiempo oscuro, pero vivo, y no olvido que me gané el sitio mordiendo con rabia este suelo duro, inhóspito, sin que nadie me invitara. No olvido que me abrí paso, sin los ánimos de nadie, a través del corazón de la mierda de un pájaro descuidado que me dejó caer desde el aire. No olvido que me recogió cuando languidecía de sinsentido en el suelo de un lugar remoto e ignorado, que me dedicaba, tan infeliz, a alimentar pobres esperanzas sin convicción en el alma de una fruta que agonizaba después de que la hubiera pisoteado la pezuña de una bestia, porque había quedado olvidada, y sin piedad alejada de todo lo que con esfuerzo sabio, paciente y denodado había conseguido el sueño del sembrador.
Jag.
28_4_2020



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