2 de junio de 2020

JARDÍN MARRÓN


Era la oscura puerca, que se te pone delante, y no permite que pases si no es cruzando su umbral. Era acomodar el deseo a la palabra rota, cansada, que remueve sin querer los vientos que no llevan a ningún lugar.
Era la cosa graciosa sin forma que callada mantenemos, un suceso que no se atreve a ocurrir, y sin embargo, por otra parte, pero, no obstante.
Serán unos dientes geranios en la boca mordida sonriendo, llamarada que abre una puerta, rajando de alegría, luz de fragante espino para los cielos en la noche. Y a sus pies, un charco negro de agua quieta, en el que la luminosa barbaviva le hace cosquillas en el coño al infierno.
Jag.
24_5_2020


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