28 de junio de 2020

LAS PALABRAS


Pasa, ocurre, te das cuenta, y no puedes pretender valorar o manejarlo, cuando quieres, en su justa dimensión.
Pasa, ocurre, y los hechos tienen su propio papel, en ti y en todo. Pasa y ocurre lo que ves y lo que no. Lo que alientas. Lo que se te escapa.
Creo que es bueno, o humano, o prudente, parar y quedarte quieto. Dejar que los hechos sucedan, que paseen solos lejos de tu mano, dejarles su papel propio, su sensación de libertad. Dejarlos para siempre, dicen los estoicos, dejarlos por un tiempo que tú consideres, ya te digo, bueno, humano, prudente.
Siguen pasando, ocurriendo, o no, durante ese tiempo. Después, cuando concluyes que ese tiempo libre de respiro se termina, quizá ya puedes ponerte a valorar lo que deseas y necesitas, en relación a esos hechos. Quizá lo que pasa ha pasado y lo que ocurre caduca. Y quizá no. Entonces podrías ponerte a saber qué pedirles. Y dejarte conocerlos hasta saber lo que esos hechos necesitan y podrías ofrecerles.
Sólo después de ese tiempo de respeto por los hechos, es ético, pertinente y útil que te pongas a buscar las palabras.
Jag.
18_6_2020


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario