23 de octubre de 2019

TOUCH


Al final, no voy a incluir el relato de lo que quiera que fuese a hacer al campo. No quiero que esto acabe haciéndosenos demasiado largo. Sí. Sí, olvida. Olvida todo aquello. Concéntrate un poco en mí, y piensa en tu toque. En el toque que tienes conmigo. Apuesto a que no es así con otra gente, ¿verdad? Tu toque profundo, inimitable. Cálido e hiriente. Ingenuo y refrescante muchas veces. Tu toque romo, sólido, puntual y perseverante, cuando quiere. Ven, no puedes permitirte negármelo. Ya todo se precipita y sigo sin tener una noción clara de a qué pertenezco. Pero tu toque. Tu calor eléctrico que me atraviesa la piel cuando me miras. Como una hebra de pita descuidada que me ha clavado milagrosamente el viento de la llanura. Tu toque. Tu veneno ineludible por el que vomito de deseo cuando estoy solo y a oscuras. Sí. Ven. Olvida. Olvida todo aquello y dámelo. Tú sabes que nada te ha hecho tan grande como cuando me lo has dado. A ver si me entiendes. No es que se trate de que yo sea quien te haga valer, no. No se trata de que acabes pensando que yo sea tu detonador o whatever. Eso no es importante. Sé que nunca ayudaré a que tengas la certeza de que yo sea un buen hombre, un buen compañero, incluso un buen padre. No. No hay una señal que ayude a que confíes en mi palabra. Lo comprendo. Tan sólo piensa un momento en lo vacío que es todo. Piensa lentamente como el agua de tu bañera tibia, marchándose para siempre por el sumidero cuando ya por fin te sientes limpia. Mi corazón es madera barata barnizada de roble a conciencia. Pero no soy un decorado. No soy un farsante. Mira cómo crezco cuando tú me miras, y mira quién eres cuando sabes eso. No me digas que lo habías pasado por alto. Y ve más allá. No todo lo que está más allá de ti se puede ver mirando por la ventana. Mira cuánto me importa que veas quién eres cuando sabes quién soy porque tú me miras. Cuando estoy solo y callado, y sé ésto, me importa quién soy antes y después de que tú me mires, aunque siempre llega el momento en que sé que eso es secundario, y todo se proyecta en crecer, en saber que tú entiendes quién eres después de saber quién soy porque estás en mi mundo y me miras. Quiero decir: saber que sabes en qué me convierto siempre que me miras. Y por tanto: sé realista y mira cuánto eres cuando yo te miro. Confía en eso. Piénsalo lentamente. Sabrás que no es justo que des la espalda a las cumbres de tu grandeza. Dame tu toque. Sabes que no puedes permitirte negármelo.
Jag.
29_8_19


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario