5 de mayo de 2020

Día 51 del confinamiento,


DUMB
Todo se desmorona, y yo hablo como puedo.
Si sé que hay un humor genuino, que nace espontáneo, respetuoso y sensible, y que renueva la vida desde dentro, no voy a perder el tiempo en escuchar a otro humor zafio, insensible, agresivo, violento, heredado, impuesto sin permiso.
Cosas que ayuden a vivir en lo nuevo. No cosas que te hunden en el fondo de lo de siempre y lo de todos.
Que sea por amor, lo que reemprendamos y guíe nuestro deseo.
Leo y copio un trozo de lo que leo, mientras cantan con cierta alegría los pájaros cautivos, y el sol empieza a calentar el ojopatio.
Escribo lento, recreándome en los movimientos del bolígrafo, un trozo que me llama en un libro:
"Parecía hallarse a la espera de algo pero no sabía qué era lo que esperaba".
Me gustan los bolígrafos esbeltos y fluidos. Lo que sea que escribes con ellos, si te mantienes respetuoso, cuidadoso y atento, te mantienen en la paz del momento, dentro de lo posible. Ayudan a que sobrevueles danzando, siguiendo tu propia música, flotando por encima de todo el ruido grosero que nunca hemos pedido, que tan prósperamente se ha asentado en nuestras vidas, y que lo gobierna todo.
Jag.
3_5_2020



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