23 de mayo de 2020

Dia 68 del confinamiento,


CONQUISTAS NORMALES
Trabajo en algo que me gusta, que sé que es útil y lleno de sentido, y para lo que me siento preparado. Soy licenciado en Arte. No quiero ser funcionario. Vivo de vender mis obras y diseños, y de ofrecer enseñanzas no regladas en los ámbitos de las artes plásticas y la escritura. Quiero escribir a secas: explorar/me y conocer/me y compartir/me y llegar a mí y a los demás. A secas significa sólo escribir: lo mantengo conscientemente alejado del intercambio económico, y que lo que escriba sólo se base en los criterios que les son propios. Me autoedito, yo digo lo que vale y lo que no (con mayor o menor margen de equivocación) y santas pascuas.
El hándicap siempre es el flujo de ingresos. Estoy FUERA de muchas cosas de las que se consideran normales en la vida que conocemos, porque no las puedo costear, y porque me mantengo firme en esos valores. Que la vida sea como yo la intento no tiene nada de utópico. La vida crece dándole a la imaginación un papel REALIZADOR. Y puedo decir que, asumiendo todas las negociaciones que me van saliendo al paso, estoy trabajando y haciendo mi vida con los frutos de cosas que he imaginado primero, y después he realizado. Asumo como puedo los déficits.
La vida crece con lo que pides y con lo que das. Piensa en lo que haces en el tiempo libre de tus vacaciones pagadas: ¿eres un vago o un parásito que disfruta sin trabajar? NO: viajas, lees, pintas, ves películas, juegas con tus hijos, amas y descansas. Disfrutas de un DERECHO que todos los trabajadores como tú financiáis sumando vuestras propias deducciones. No hace tanto, pensar que los trabajadores pudiesen tener vacaciones pagadas era una utopía. Era inconcebible. Pero alguien lo concibió, la gente lo pidió y ahora es simplemente una realidad. Un derecho. Como tantas otras cosas que parecían fantasías descabelladas, y acabaron convirtiéndose en derechos, que ensancharon y mejoraron la normalidad.
Todos los derechos tienen una lógica-motor que los hace avanzar hacia su realización, y una reticencia que no siempre es lógica, que los frena. A veces ese freno es conservador de lo que ya hay, o simplemente es temeroso por la incertidumbre y se resiste al cambio.
A ver si la gente que dice "paguita" entiende que una renta básica universal permitiría que mucha gente NORMAL sacara la nariz de los contenedores y pudiera ir al súper con su propio dinero. A ver si entienden que ese dinero se transforma en pagar el alquiler y la luz, y no tener que reciclar la ropa de la calle. Que ese dinero vuelve a la sociedad, permitiendo que muchísima gente acceda a lo que se considera normal. Con ese dinero el súper vende más comida, y la zapatería más zapatos.
A ver si entendemos que no es cuestión de ideologías, sino de básica humanidad.
Jag.
20_5_2020


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