11 de abril de 2021

COSA DE ANTES DE DORMIR UN SÁBADO



No tengo manera de poema para decir tan simple la pregunta por los mundos hermosos heridos doloridos fascinantes que se me abren por dentro cuando mi nombre me llega desde tu voz.


No tengo aire para decir tanto ahogo sorprendido ni tanto vuelo tan ansiado y no tengo piernas de caminar para ir a poner mi sombra cerca cerca de tu sombra al alcance de tu aliento o de la vibrante humedad de tu sudor.


Yo sé que todo más bien está tomando un derrotero desquiciado una cara de silencio que se tira despreocupado en pelotas a todo lo largo de su cuerpo por los suelos de los campos.


Pero a mí no me sale dar la espalda a tu estruendosa tormenta. No es que tenga especial interés en el desastre. No es que viva empeñado en que te hayas equivocado. Yo te he escuchado y te he hecho caso en lo que me has dicho. Con dolor me lo he anotado por dentro y ya dentro dentro eso se sigue juntando con mi canción natural de a la gente se le ama como es, sin pregunta, sin respuesta, sin conversación ni monólogo delirante o razonado. A la gente se le ama por vaya usted a saber por qué misterio de la biosfera o capricho de la entraña. Yo la verdad no la sé, y estas cosas ya están empezando a dar vergüenza cuando las cuento a gente que me quiere. La verdad es que no está saliendo de mi natural despedirme de ti y de quien eres tú y va que chuta y santas pascuas y ya está. Miedo me da pulsar siquiera el botón de llamada. No me acerco ni saco un mínimo silbo de los labios suspiro de la garganta. Yo no sé qué voy a hacer con las manos con el cuerpo con los besos de mis labios, pero sé que a la gente como tú se le ama y a mí no me convence la voz pasiva y yo no dejo de preguntarme por qué no voy a ser yo y a mí me sale tan sencillo y yo mismo te amo y yo no me voy de ti, joder ya.


Jag.

10_4_21



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