30 de abril de 2021

GRASAS

Qué pena que no estés aquí,

es todo tan bonito y sereno, acaban

de abatir a un caballo en la calle,

ni te puedes imaginar 

cómo huele mientras lo despellejan

con un cuchillo incandescente. 


Qué pena que no estés aquí,

es todo así de hermoso

que no puedo ni contarte, se cayó

aquí mismo la partitura de los barbos, 

o espera, quizá fue tan sólo

soledad del petirrojo esperando

en la rama del fresno. 

No se ve bien, de cualquier modo.


En serio qué fresco se está aquí,

que no estés es una pena, de verdad,

asistir a lo inenarrable, 

a lo que nunca más pasará,

el rayo naranja, la poetisa que muere,

no lo sé, librerías cerradas

camino del centro, 

donde me escupiste

tu poquito de tiempo

antes del saber amargo

que tanto costaba 

vivir unos días a mi costado. 


Qué pena, en definitiva,

que no estés aquí, sería tan lindo

que me hubieses amado un segundo,

contemplando conmigo el doloroso

deslizar de la estrella al apagarse, en fin. 


No lo veo bien, pero cantan

unos pájaros despreciables

en los cielos nubosos

del ovario venturoso 

de los cojones de mis carnes. No hay

quien les diga nada a la contra, celebran

cuando ven que estás en línea, 

que quemas grasa con otros,

con lo hermoso que sería

que a tu bola te gustara 

haber estado aquí, donde te digo, 

en algún momento pertinente,

pensando en lo cerca

que yo estoy

de ser el tío adecuado. 


Jag.

30_4_21



.

No hay comentarios:

Publicar un comentario